Un karateca con músculos hasta en las pestañas lanza al aire a un pandillero maletero y, sin dejarle caer, lo chutea en marcial chilenita hacia un arco de fútbol...
"Kiltro" es una película sorprendente y esa calificación sólo puede ser entendida considerando el ambiente creativo nacional. Por primera vez desde "El húsar de la muerte", la silenciosa secuencia con la que abre la película no resulta espantosamente insoportable. Segundo, las actuaciones son todo lo correctas que se puede esperar, pues como dijo Macana, pocos esperan que sean grandes actores los que filmen patás'n locico. Conste, la pelea a combos de "They Live" es excepcional. Por otra parte, los intentos de cintas "de género" hechas en Chile son -por calificarlas con generosidad y eufemísticamente- "tristes". Y con ello me refiero a Olguín o "El capricho de querer ser cineasta". Pero eso es otro tema, que seguro Neofargo y Macana sabrán comentar. Tercero, las secuencias de pelea están verdaderamente bien tomadas, son ágiles y saben combinar credibilidad con humor chileno... Obviamente si alguien se agarra a mangazos en Chile le grita cuando menos un par de chuchá' a la madre del contrincante... nadie espere oír un teleserie-del-trecedesco "te voy a sacar la cresta" o "¿Quieres que te rompa la cara?". A lo dicho agregemos la secuencia del beso en las rocas, la espalda desnuda de la doncella en peligro, el período de formación junto a Soto y sus maniobras, y la citada chilenita, y el resultado es una película a ratos muy divertida. Aunque se trata de una felta poco grave, mi crítica pasaría por el guión, tal vez lo menos cuidado en el descuidadísimo cine chileno... y es que hacia el final quedan sueltos el maestro Nik Nak y Soto, sin mayor explicación. Sin embargo, y he aquí la principal virtud de la cinta, y frente a la cual las mencionadas son menores, lo que "Kiltro" de verdad consigue en cuanto a relato es ser capaz de empezar en un punto A y desarrollarse hasta un punto B de manera coherente. Una virtud tan sencilla, tan básica y, sobretodo, tan inédita, que constituye la razón por la cual la califiqué con un 6, una nota bastante justa, a mi entender.
Claro que esto no es ni de lejos lo que podríamos decir de "Fuga", película que padece de toda la peste del cine chileno. Pero seamos aristotélicos, empecemos por el principio: ¿Cómo comienza "Fuga"? Vemos al protagonista que tiene la idea de montar un concierto para piano. Su tutor le pregunta dónde se halla la música de la que habla y entonces presenciamos la única respuesta absolutamente incorrecta: un "aquí" que hasta el más inexperto consumidor de cine habrá acertado al imaginar un dedo apuntándose la cabeza... De ahí en adelante, la película sólo tiene desaciertos. El más grave tal vez sea intentar hacer un thriller, un drama y una comedia al mismo tiempo. Ello sería riesgoso inclusive para alguien que supiera hacerlo. Me pregunto, e intentando olvidar que "Fuga" digamos nos "recuerda" a "Shine", ¿Era un thriller? No creo: nadie puede mezclar así dos líneas temporales narradas en forma paralela. Ahora, ¿esta obra "macabra" estaba "maldita" porque su ejecución siempre acarreaba una muerte? ¿Eso debía intimidar o hacernos llorar? ¿Era un drama? Por favor, irse tocando un piano hasta el lecho marino es: a)una buena idea? b)algo en verdad dramático? o c)una mala broma? ¿Es que era comedia? Bueno, eso explicaría el casting de internos, en verdad chistoso. En resumen: mal. Y volviendo a la humilde "Kiltro", "Fuga" intenta contarte B, pero ya parte muy mal en F; quiere llegar a K, pero entremedio te cuenta U y O que se oponen a tal propóstito; intenta tres o cuatro cosas y no hace niuna bien. De no ser por la flamante -y desperdiciada- actuación de Castro, lo correcto sería pedir que se quemara la cinta en la plaza de armas. Sólo me resta disentir de la mala memoria de Macana, puesto que "Fuga" tiene una de las escenas de sexo más injustificado desde "La llegada del tren a la estación".
Ánimo a unos, "¡ME ABURRO!" a otros.
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